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Poemas perversos - Antología



SALOMÓN, SAFO, CATULO, VILLON, BAUDELAIRE, KAVAFIS VERLAINE, WHITMAN APOLLINAIRE, POUND, BARBA JACOB, GENET, PESSOA, BANDEIRA, CERNUDA, AUDEN, bravo, GARCíA LORCA, SÁ-CARNEIRO, MAIAKOVSKI...
ISBN 958-97198-9-9
Colección Los Conjurados
comunpresencia@yahoo.com
Obra pictórica: Luis Cabrera

Este homenaje a la más desatada imaginación artística, realizado por autores de diversas épocas, latitudes e idiomas, nos conducirá por los más ardientes y sombríos territorios de la escritura.
El combate entre Eros y Thanatos, donde los poderes de la vida y de la destrucción, se rechazan y se funden para crear las religiones, el arte y el amor, como lo vislumbrara Georges Bataille, es cantado bellamente en estas páginas. La contienda entre Apolo y Dionisos, tiene aquí por escenario el poema, con la incuestionable ventaja para el oscuro hijo de la noche (Baco el Perfecto, según el verso de Whitman). Deseo y delirio, han sido privilegiados por estos creadores de asombros. La palabra poética será la confiable lámpara para adentrarnos en las tinieblas de nuestra precaria, fascinante y temeraria condición humana. Prólogo de José Chalarca.

SAOMÓN
Rey del antiguo Israel que gobernó durante los años 961-922 a.C. Segundo hijo de David –rey de Judá e Israel– y Betsabé. Reconocido por su sabiduría y sus poderes mágicos. Figura como el constructor del Templo de Jerusalén.
Cantar de los cantares
(Soy de mi amor)

Él
¡Qué hermosa, qué encantadora eres
oh, mi amor, en tus delicias!

Tu talle se parece a una palmera

y tus pechos a sus racimos.

Pienso: subiré a la palmera

tomaré sus racimos

y que tus pechos se me conviertan

en racimos de uvas

y emane de tu aliento

un perfume de manzanas.

Miro tu boca como un vino exquisito

que suavemente fluye hacia mi amor

deslizándose por entre los labios

que se adormecen.

Ella
Soy de mi amor
y su deseo hacia mí se inclina.

Ven, amor mío

recorramos la campiña

Pernoctaremos en las aldeas,

y en la mañana visitando las viñas

miraremos si ha brotado la vid;

si se abren las flores

y florecen los granados.

Allí me entregaré a ti.

Hay un perfume de mandrágoras

y están a nuestra puerta

oh amor mío, frutos magníficos,

tanto añejos como acabados de nacer

que yo he guardado para ti.
¡Ah!, si tú fueras mi hermano
amamantado por los mismos

pechos de mi madre,

te besaría al verte en la calle

sin recibir ningún desprecio ajeno.

Te llevaría a mi casa materna

y en esa misma alcoba

que me vio nacer,

te daría vinos aromáticos,

mosto de mis granadas.

¡Ah! tu brazo izquierdo bajo mi cabeza
y el otro abrazándome con calidez.


SAFO
Poeta presumiblemente nacida en Lesbos, la ciudad más importante de Mitilene, en el año 600 AC. Su poesía (primera de que se tenga noticia, escrita por una mujer de la antigüedad) se ha estimado como una de las cumbres de la literatura universal y ha sido festejada a lo largo de los siglos por autores como Platón, Catulo, Petrarca, Leopardi, Byron y Rilke. Dedicada al culto de Afrodita, dirigió la Casa de las servidoras de las Musas.

1.
En verdad yo deseo morir
por aquella que de mí se fue llorando.
Y que al partir decía: Ay, Safo,

qué terrible nuestro dolor,

sin desearlo parto de ti.
Yo dije entonces:

Nunca me olvides, marcha alegre

conoces todo el amor que sentí por ti,
y aun quiero recordarte

por si lo olvidas

todo lo bello y feliz que pasó entre nosotras
tantas coronas de rosas

y violetas que te ceñías junto a mí

y las guirnaldas que trenzabas

en tu tierno cuello

y que enredabas con mil flores

para perfumar después

todo tu cuerpo con aceite de nardo,

leche y aceite de jazmín,
y recostada en el blando lecho

sutil muchacha en flor

dejabas que fluyera el deseo

y no existió danza ni fiesta

ni sagrado bosque

donde no estuvieras conmigo.

2.
Pero hacia vosotras
mi pensamiento

oh bellas, no cambia.

3.
Qué podría hacer, no lo sé:
mis deseos son dobles.


François Villon
Poeta francés nacido en París en 1431, cuyo nombre verdadero era François de Montcorbier o François des Loges. El primero de los que siglos más tarde se llamarían Poetas Malditos, obtuvo un doctorado en Artes en la Sorbona en 1452. En 1455 asesinó a un sacerdote en una pelea callejera y un año después fue acusado por robar 500 coronas. En 1462 fue detenido en una reyerta y condenado a muerte, sin embargo su sentencia fue conmutada por el destierro y a partir de este momento no se tienen datos de él. Su escandalosa vida, transcurrida entre expedientes y cárceles, acusado de todo tipo de delitos e incluso de sacrilegio, está resumida en El pequeño testamento (1456) y en El gran testamento (1461).
Balada de los ahorcados
Hermanos humanos
que viviréis después de nosotros,
No tengáis los corazones endurecidos,
Pues, si tenéis piedad de nosotros, pobres,
Dios tendrá de vosotros misericordia.
Aquí nos veis colgados a cinco o seis;
En cuanto a la carne,
que excesivamente hemos nutrido,
Hace tiempo que está devorada y podrida,
Y nosotros, los huesos,
nos tornamos ceniza y polvo.
De nuestro mal nadie se ría:
¡Pero rogad a Dios que a todos nos absuelva!

Si hermanos os llamamos, no debéis
tener desdén, aunque fuimos muertos
por Justicia. Pero sabed que todos los hombres
no tienen arraigada sensatez.
Perdonadnos, puesto que hemos partido
Hacia el hijo de la Virgen María,
Y que su gracia no esté para nosotros agotada,
Preservándonos del rayo infernal.
Estamos muertos, que nadie nos atormente;
¡Pero rogad a Dios que a todos nos absuelva!

La lluvia nos ha bañado y lavado,
Y el sol, desecado y oscurecido:
Urracas y cuervos nos han socavado los ojos
Y arrancado la barba y las cejas.
Jamás, en ningún instante, tenemos sosiego;
Hacia aquí, hacia allá, según sus variaciones,
El viento nos mueve sin cesar a su albedrío,
Más picoteados de pájaros que un dedal.
No seáis, entonces, de nuestra cofradía;
¡Pero rogad a Dios que a todos nos absuelva!

Príncipe Jesús, que sobre todos tienes dominio,
No dejes que el infierno tenga en nosotros señorío:
Que no tengamos con él, nada que saldar.
Hombres, aquí no hay razón para bromear;
¡Pero rogad a Dios que a todos nos absuelva!


CHARLES BAUDELAIRE
(1821-1867). Poeta y crítico francés perteneciente a la llamada escuela Simbolista. Su primer éxito literario fue como traductor al vertir al francés los cuentos de Edgar Allan Poe. En 1857 publicó Las flores del mal y a partir de ese momento se le acusó de perturbar la moral pública. El 1860 apareció su libro Paraísos artificiales, donde narra su experiencia y la de Thomas de Quincy como comedores de opio. Los Pequeños poemas en prosa fueron editados en 1868 después de una penosa muerte ocasionada por la sífilis, y son un ineludible punto de partida de la poesía contemporánea.

Toda una noche
Toda una noche junto a una horrible judía
–como cadáver junto a un cadáver tendido–

pensé al lado de aquel cuerpo vendido

en la triste belleza deseada por mi amor.

Entonces evoqué toda tu serena majestad,
tu mirar lleno de fulgor y de gracia

los cabellos que forman una perfumada diadema

cuyo único recuerdo enajena mi pasión.

Porque besaría con fervor tu noble cuerpo
y en largas caricias vertería un tesoro

desde tus fragantes pies hasta tu cabello negro.

¡Oh, si pudieras al fin, reina de las crueles,
velar toda una noche con sinceras lágrimas,

el esplendor que tus pupilas de hielo irradian!


PAUL VERLAINE
(1844-1896). Considerado uno de los más controvertidos autores franceses del Siglo XIX. Nació en Metz y se radicó en París en 1851. Fue célebre no sólo por su refinada poética maldita, sino por su escandalosa relación con Arthur Rimbaud (El Vidente), a quien en una de sus apasionadas disputas le dispararía, delito por el que fue condenado a dos años de prisión. Reconocido como uno de los grandes representantes del Simbolismo francés; sus obras más difundidas son: La bonne chanson (1870), Romances sans paroles (1874), Sagesse (1881) y Jadis et naguère (1884).

Cita
En el dormitorio fatal
de la casa más fatal todavía

donde irracionalmente

aún reinan la moral y la razón
él parece esperar

(sin creerlo)

una conocida presencia

y dice con aliento entrecortado:
Tu voz retumba en mi alma
tus ojos chispean en mi corazón

y aunque para el mundo es infame

es un hecho, ¡oh mi vencedor!

Estoy triste y alegre,
pero el impacto del amor persiste.
El amor lagrimea burlón

¡Oh tú, bello como un lobezno!
Llegas a mí, indomable muchacho
vienes sonriente y hablador

con tu astuto cuerpo y tu palabra

violentando todos mis escrúpulos

con tu extrema juventud,

con esa niñez todavía sin despejarse,

pero también

por todo lo que tengo de bestial.

Transcurrieron dos o tres años
tiempo suficiente para virilizar

tu flor de entonces y tu vigor

que fácilmente se agotaba.

Ahora debes ser un muchacho fuerte
y qué bien estaríamos de nuevo si vinieras.

Pero me traicionas.

Siempre lo prometes y jamás cumples;

y a pesar de jurarlo por el cielo
y la tierra,

no acudes a la cita.

¡Ah, ven esta vez, ven y calma mis deseos

que se tornan delirantes!
Yo te espero como al Mesías.
Te aguardo, ven pues y cae en mis brazos,

te ofreceré una fiesta selecta y extraña:

ven para comprobarlo.
Sus fosfóricos ojos destellan
y con la pluma

que usa para escribir sus poemas,

acaricia sus labios que malévolos sonríen.


WALT WHITMAN
(1819-1892). Poeta norteamericano nacido en Long Island. Ejerció oficios diversos entre los que se cuentan: maestro de escuela, topógrafo, periodista, enfermero y tipógrafo. La totalidad de sus poemas, se encuentran reunidos en Hojas de Hierba, cuya primera edición en su idioma original data de 1855.

En medio de la multitud
Entre los hombre y las mujeres de la multitud
Sé que él me elige a través de secretas

y divinas señales.

No reconoce a ninguno de los otros,

ni padre, ni madre, ni mujer, ni marido,

ni hermano, ni hijo, más cercanos que yo.

Algunos se equivocan, pero no él; él me conoce.
¡Oh! amante perfecto
yo deseo que me descubras así

por sendas indirectas y débiles
Porque cuando yo te descubra,
lo haré también

por sendas indirectas y débiles.