Roberto Juarroz - Poesía Vertical (Antología)



Poesía vertical
Primera edición 2001. ISBN 958-95209-7-9
Colección Los Conjurados
comunpresencia@yahoo.com

Obra pictórica: Roberto Matta


Roberto Juarroz (Coronel Dorrego, 1925 - Témperley, 1995; Argentina). Poeta y ensayista. De 1958 a 1965 dirigió la revista Poesía=Poesía. Fue nombrado Miembro de Número de la Academia de Letras de su país en 1984. Ejerció la crítica literaria y cinematográfica en importantes medios de comunicación. Además de su fundamental obra Poesía vertical, que fue creciendo con los años y alcanzando innumerables traducciones y un vasto reconocimiento universal, es autor del ensayo: Poesía y realidad (1987) y del libro de conversaciones: Poesía y creación (1980). Obtuvo los premios: Honor de la Fundación Argentina (1984), Esteban Echeverría (1984), Jean Malrieu de Marsella (1992), y el consagratorio Premio de las Bienales Internacionales de Poesía en Lieja, Bélgica (1992).

P o e m a s
- 1 -
Tú no tienes nombre.
Tal vez nada lo tenga.
Pero hay tanto humo repartido en el mundo,
tanta lluvia inmóvil,
tanto hombre que no puede nacer,
tanto llanto horizontal,
tanto cementerio arrinconado,
tanta ropa muerta
y la soledad ocupa tanta gente,
que el nombre que no tienes me acompaña
y el nombre que nada tiene crea un sitio
en donde está de más la soledad.

- 2 -
Llegará un día
en el cual no habrá que empujar
los vidrios para que caigan,
ni martillar los clavos para que sostengan,
ni pisar las piedras para que se callen,
ni beber el rostro de las
mujeres para que sonrían.
Empezará la gran unión.
Hasta dios aprenderá a hablar
y el aire y la luz
entrarán en su cueva de
miedosas eternidades.
Entonces ya no habrá diferencia
entre tus ojos y tu vientre,
ni entre mis palabras y mi voz.
Las piedras serán como tus senos
y yo haré mis versos con las manos,
para que nadie pueda ya confundirse.

- 3 -
Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de
identidad en el bolsillo,
otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.
Cada uno se va aunque no pueda,
unos con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.
Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado
entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da
o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada
en la pared o tal vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.
Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.

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© Laura Cerrato